El pasado 10 de agosto, American Airlines (AA) finalizó la compra del 2.68 por ciento de acciones de China Southern Airlines, empresa aérea con la flota más grande de Asia, y segunda en movimiento de pasajeros en esa región.
Según datos de la Bolsa de Valores de Hong Kong, la transacción estuvo valuada en 198 millones de dólares. Sin embargo, esta adquisición no le otorga a la empresa estadounidense ningún derecho a voto dentro del consejo de la aerolínea asiática.
Esta inversión había sido anunciada desde finales de marzo pasado, pero, durante el segundo trimestre de 2017, Stephen Johnson, vicepresidente ejecutivo de AA, djo que el acuerdo aún dependía del intercambio de franjas horarias despegue y aterrizaje (slots) entre ambas aerolíneas.
Y a principios de agosto, AA informó al Departamento de Transporte estadounidense que ya había asegurado los slots necesarios en el aeropuerto internacional de Pekín-Capital.
Ante estos hechos, la empresa con sede Fort Worth, Texas, ya prepara el lanzamiento en noviembre próximo de su ruta Los Ángeles-Pekín.
En conjunto, estas aerolíneas operan casi nueve mil vuelos diarios, con presencia en cerca de 90 países.
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