
Hay industrias que están tan ligadas entre sí que resulta curioso que no se les considere como pertenecientes al mismo sector económico y que se soslayen sus vasos comunicantes para que funcionaran como un solo “track”. Tal es el caso del transporte aéreo y de la industria aeroespacial, ambos sectores de muy alta tecnología, que generan divisas, que dan empleo de alta calificación y que tienen muchas razones para ir de la mano en sus estrategias.
En la pasada Feria Aeroespacial Mexicana (FAMEX 2025) tuvimos varios encuentros de personajes de ambos sectores y en ellos quedó claro que este país tiene mucho qué ganar si logra que existan políticas de largo plazo, que identifiquen cuáles son aquellos grandes elementos que deben guiar las regulaciones y que involucren a los sectores privado, social y académico en un solo sentido.
En el Encuentro de Seguridad Aérea, organizado por el Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM), por ejemplo, se tuvo la participación de diversos actores del sector transporte aéreo, incluido el director de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), Gral. Enrique Vallín. Tanto el Colegio de Pilotos como ASPA de México y otras organizaciones gremiales, han insistido desde hace muchos años en la necesidad de elaborar con todos los actores, una política de Estado de largo plazo que permita tener un rumbo al transporte aéreo.
Cosas como definir las vocaciones de las aerolíneas, ya sea troncal, alimentadora o regional, charter, carguera o ejecutiva y sus regímenes específicos ya que, desde luego, no es lo mismo un negocio que el otro, aunque se parezcan. Incluso elementos como la estructura de costos puede ser diametralmente opuesta y por falta de conocimientos, un grupo de funcionarios con la mejor voluntad pueden impedir que despeguen.
También ayudaría que el Estado mexicano defina sus prioridades. Si se quiere que haya más turismo y comercio, así como conectar regiones como Asia y Sudamérica, es indispensable que haya una decisión explícita en ese sentido, que en la mesa de la negociación bilateral con esas naciones estén sentados los directivos de las aerolíneas y de los hoteles, los municipios donde se pretenda acoger a turistas o de donde hay aeropuertos que pueden manejar carga.
Y aquí hay un tema muy importante: la industria aeroespacial necesita lugares donde florecer, no en todos los casos se requieren aeropuertos pero en muchos sí. Y lo mismo puede decirse de negocios como los MRO’s y los centros de adiestramiento de tripulaciones, las áreas de prueba y demás.
Hay también muchos temas que se han convertido en prioridades en ambas industrias: la sostenibilidad, la gobernanza corporativa y la diversidad e inclusión, conocidos como criterios ESG. También es importante la generación de empleo de calidad, las normatividades de seguridad que están muy claras en los anexos del Convenio de Chicago de la OACI y en las certificaciones de calidad para la fabricación de partes, que son estrictas en ambos casos y de alguna manera van creando una cultura de apego a normas y estándares con una alta calidad y tecnología de vanguardia.
Ambos sectores están hermanados y más nos valdría, como país, tener una política en la que empecemos a transitar juntos para que se conviertan en nuestros motores económicos para el futuro. E-mail: raviles0829@gmail.com
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