El año que está por terminar trajo muchas cosas buenas para la aviación, pero también evidenció muchos retos que tiene el sector en el mundo, en especial en América Latina.
De entrada, hay que festejar que, sin duda, los nubarrones de la pandemia quedaron atrás. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) festejó recientemente el hecho de que a fines de este año se completará un tráfico mundial de 5 mil millones de pasajeros, un incremento de más del 10% respecto al 2023, que ya de por sí había mostrado una mejoría importante.
Se estima que en este momento hay unas 30 mil aeronaves comerciales volando en todo el mundo, aunque el porcentaje por región es desigual pues Estados Unidos concentra un 30% y China está por el estilo, mientras que Brasil e Indonesia les siguen en proporciones y no sería extraño que próximamente India se les empareje. Como región, el Atlántico norte ha cedido su espacio al Pacífico sur. Es seguro que en unos años, esta zona del mundo concentre la mayor proporción y que algo similar pase con los aeropuertos y la producción de aeronaves.
Estados Unidos tiene, por ahora, la mayor cantidad de aeropuertos comerciales internacionales, con un poco más de 100. Y aun cuando México tiene una red muy interesante (54) el problema es la baja cantidad de pasajeros y su relevancia a nivel de conectividad.
No obstante, las aerolíneas que siguen lidereando la flota aérea en todo el mundo, son todas de estadounidenses: Delta (991 aeronaves), United (972), American (971) y Southwest (810), aun cuando China es el país que posee el récord en número de asientos disponibles (más de 90.5 millones).
La mejor noticia, sin embargo, es que a nivel global las utilidades de las aerolíneas rebasarán los 30 mil millones de dólares y el margen de beneficios recuperará su salud a más de 3% (el récord fue hace unos diez años con un 7% en el 2015, difícil que se alcance próximamente). El hecho es que, como industria, la aviación ha logrado remontar el peor momento de su historia, la pandemia del Covid 19.
América Latina representa apenas un 8% del tráfico total global, que equivale a unos 775 millones de pasajeros, según datos de la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA), y su crecimiento ha sido constante desde el 202, mientras México es uno de los países que menos resintió los efectos de la pandemia, ya que no se cerró ni su espacio aéreo ni sus aeropuertos.
Todo este panorama, sin embargo, presenta enormes retos para el futuro. Uno de los más importantes es la regulación desigual de las regiones, ya que en países como los de América Latina se han multiplicado los requisitos y las tarifas de uso de aeropuerto han subido de manera muy discrecional, lo cual complica mucho el crecimiento del sector.
Ese es uno de los principales desafíos que tienen tanto la IATA como ALTA en la región, donde de pronto los requisitos en la migración se han convertido en un desalentador de los viajes aéreos.
En eso, México ha sido un mal estratega: deja entrar por tierra a millones de migrantes de paso a EU, pero complica la entrada de turistas. Mal negocio. E-mail: raviles0829@gmail.com
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