El X-37B Vehículo de Pruebas Orbital-6 (OTV-6), avión espacial reutilizable no tripulado de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, salió de órbita con éxito y se posó en la instalación de aterrizaje del transbordador del Centro Espacial Kennedy de la NASA el 12 de noviembre.
Fue su primera misión para introducir un módulo de servicio: un anillo adjunto a la parte trasera del vehículo, que amplía la cantidad de experimentos que se pueden realizar durante una misión.
“Esta misión destaca el enfoque de la Fuerza Espacial en la colaboración para la exploración espacial y la expansión del acceso de bajo costo al espacio, para nuestros socios, dentro y fuera del Departamento de la Fuerza Aérea”, dijo el general B. Chance Saltzman, jefe de Operaciones Espaciales.
De esta manera, el módulo de servicio se separó con éxito del OTV antes de aterrizar, lo cual es una actividad necesaria debido a las fuerzas aerodinámicas experimentadas por el vehículo X-37B al reingresar.
En las próximas semanas, el módulo de servicio se eliminará de acuerdo con las mejores prácticas.
“La forma deliberada en que llevamos a cabo las operaciones en órbita, incluida la eliminación del módulo de servicio, habla del compromiso de Estados Unidos con las prácticas espaciales seguras y responsables, en particular debido a que el problema de la creciente basura orbital amenaza con impactar las operaciones espaciales globales”, afirmó Frank Kendall, secretario de la Fuerza Aérea.
La misión OTV-6 también acogió el módulo de antena de radiofrecuencia fotovoltaica del Laboratorio de Investigación Naval. Este experimento aprovechó con éxito los rayos solares fuera de la atmósfera de la Tierra y tenía como objetivo transmitir energía al suelo en forma de energía de microondas de radiofrecuencia.
Se implementaron múltiples experimentos de la NASA en OTV-6. La exposición de materiales y la innovación tecnológica en el espacio, o METIS-2, incluyeron recubrimientos de control térmico, materiales electrónicos impresos y materiales candidatos de protección contra la radiación. El METIS-1, que voló en OTV-5, consistía en placas de muestra similares montadas en el vehículo de vuelo.
Los científicos de la NASA aprovecharán los datos recopilados después de que los materiales hayan pasado más de 900 días en órbita y compararán los efectos observados con las simulaciones terrestres, validando y mejorando la precisión de los modelos del entorno espacial.
Otro experimento de la NASA tuvo como objetivo investigar el efecto de la exposición espacial de larga duración en las semillas. Los científicos están interesados en la resistencia y la susceptibilidad de las semillas al estrés único del entorno espacial, en particular la radiación.
“La capacidad de realizar experimentos en órbita y llevarlos a casa de manera segura para un análisis en profundidad en tierra, ha demostrado ser valiosa para el Departamento de la Fuerza Aérea y la comunidad científica. La adición del módulo de servicio en OTV-6 nos permite albergar más experimentos que nunca”, afirmó el teniente coronel Joseph Fritschen, director del programa X-37B de la Oficina de Capacidades Rápidas del Departamento de la Fuerza Aérea.
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