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30/12/2024

Dicen los pilotos que serán críticos y propositivos

Juan A. José / Martes, 19 Julio 2022 - 22:29

De acuerdo a una nota publicada en este mismo espacio editorial el pasado 15 de julio con motivo de la Asamblea Conmemorativa de la celebración de los 75 años de la fundación del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM), en la que además se tomó protesta al capitán Ángel Domínguez Catzin, como su presidente, éste expresó que “desde el Colegio serán críticos y propositivos.”

¿En serio? ¿En qué momento dejaron de serlo?  Es más, si efectivamente dejaron de serlo tal y como la propia declaración del nuevo presidente del CPAM parece confirmarlo, ¿cómo es posible que un sector de la aviación tan importante en la detección de señales de alerta en materia de gestión de la seguridad por parte de autoridades y operadoras haya caído en ello?

No es la primera vez que afirmo que no solamente los pilotos, sino en realidad los actores de todas las áreas del quehacer aeronáutico, de alguna manera, como siempre salvo honrosas excepciones, nos posicionamos en una zona de confort en lo que a nuestras relaciones con autoridades y patrones toca, muy posiblemente como se dice “con tal de no moverle”, ya sea para no perder el trabajo o simplemente para no tener problemas, bajando la guardia en materia de seguridad, dando como resultado este caos en el que se encuentra la aeronáutica mexicana, en especial su aviación, cuya solución simple y sencillamente no está a la vista, como no lo está, por lo menos hasta esta fecha, la recuperación de la vital y harto mencionada Categoría 1 con los norteamericanos, por parte de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) que no olvidemos, como cabeza de sector, representa y por ende refleja dentro y fuera del país la calidad de nuestra aeronáutica.

Si este analista pudiese hacer uso de la palabra en carácter de líder en un evento de mi gremio tan importante como lo fue la referida Asamblea Conmemorativa para los pilotos mexicanos, para los cuales estoy convencido porque los conozco, que la seguridad siempre ha sido por mucho lo primero y más para su principal cuerpo colegiado: el CPAM, expresaría y quizás con mayor convicción que nunca, dada la importancia del asunto, que el gremio que represento será a partir de ahora todavía más autocrítico, crítico hacia el exterior y propositivo ante quien corresponda hacerlo de lo que ha sido, porque insisto, en mayor o menor medida lo ha sido respecto a todo aquello que impacte en la calidad de la gestión de la seguridad operativa en los cielos, no solamente de México, sino del mundo entero. ¡Hay que tener cuidado con la retórica!

No tiene usted una idea estimado lector y lectora del gusto que me va a dar enterarme que los pilotos mexicanos colegiados efectivamente pasaron, ya que así sucederá, de las palabras a otro nivel todavía mayor de acción en su justificado papel crítico y lo más importante: propositivo, en beneficio de la seguridad aeronáutica, comenzando por la mexicana. Es más, invito a todos los gremios nacionales de la industria, cuya labor sea en el aire o en tierra, a sumarse al CPAM, insisto, en una posición de privilegio para detectar señales de alarma, en aquello que haya que hacer para sacar del cumulonimbos en el que metimos a la aviación mexicana, no digo, metieron, ya que todos somos directa o indirectamente responsables de ello.

Y ya que estamos hablando de toda la comunidad aeronáutica mexicana, de señales de alarma y de la manera como se reacciona ante ellas, no puedo concluir esta entrega sin comentar, ahora sí que la reacción que percibí ante cierto, no sé si llamarlo incidente de control de tránsito aéreo (CTA) ocurrido en pasado 10 de julio en el Valle de México, cuando un observador calificado y respetado en la comunidad aeronáutica mexicana; es decir, una persona que sabe de lo que habla, observó alarmado volando sobre su casa, en virtual formación, a dos aviones de una aerolínea mexicana, uno de ellos despegando del Aeropuerto “Benito Juárez” y el otro haciendo una aproximación frustrada al mismo.

El problema, por lo menos así lo veo, es que aun cuando la observación fue acompañada por cierta evidencia, luego de compartirla con personas competentes en el tema, no tardaron mucho en replicar una negativa emanada de fuentes CTA en el Valle de México de que la condición de riesgo habría tenido lugar.

¿A quién hay que creerle?  ¿Al observador calificado que vio a las aeronaves en pleno “incidente” o las voces, digamos en Torre México que quizás por una parte, efectivamente no se enteraron del mismo o simple y sencillamente no lo quieren reconocer? Debo admitir que en este caso le creo a mi amigo observador calificado.

Quizás este evento ayude a que se comprenda lo que en este texto intento compartir en el sentido de esa “complicidad” que todos y todas tenemos en torno al tema de la seguridad aérea mexicana.

En fin, ¡éxito a los nuevos líderes del Colegio de Pilotos Aviadores de México en su gestión!

Por la importancia de sus potenciales aportaciones a la solución de los problemas que le aquejan, el aerotransporte mexicano no se puede dar el lujo de que la misma falle.

 

 

 

 

 

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