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29/12/2024

Pues no, no me jubilaré como piloto a los 60 años de edad

Juan A. José / Martes, 17 Agosto 2021 - 22:09

Con todo y el Covid y las múltiples presiones en todos los sentidos que ha sufrido en los últimos meses, mi cuerpo aguantó el ritmo de vida que le he impuesto, por lo menos hasta llegar a los sesenta años de edad. Es justo reconocer que debo darle las gracias.

De esta manera, con todo y mis canas y esai barrigota que me caracteriza, a partir del 25 de agosto del 2021, ahora sí que habré pasado a formar parte de las crecientes filas de la llamada “tercera edad”, es decir, la de los oficialmente “viejitos” y por ende derechohabientes entre otros privilegios de esa maravillosa tarjeta de adulto mayor cargada de descuentos en diversos servicios, mismos que debo confesar llevaba meses disfrutando en ciertos comercios que, dada mi apariencia, ya sea que me los ofrecían como si yo fuese ya adulto mayor o de plano me los concedían en automático.

Sesenta años…si hubiese continuado con mi carrera de piloto y hubiese tenido la fortuna de haber ingresado a las filas de una aerolínea con contrato colectivo con la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México, en una de esas y si todo salía bien con mi evolución física, personal y profesional en la aerolínea, este cumpleaños hubiese marcado la fecha de mi retiro.

Si tal y como yo lo deseaba, hubiese terminado volando uno de esos hermosos Boeing 727´s que cuando me encontraba cursando la carrera eran la columna vertebral de Mexicana de Aviación, la historia sería diferente y por ahí la fiesta (pero no necesariamente el retiro) tendría lugar en los Emiratos Árabes Unidos, en la India, en China, o en quién sabe en dónde fuese que hubiese encontrado trabajo como piloto, si es que lo encontraba.

Lo cierto es que llegué a las sesenta velas en mi pastel y no precisamente al mando de una aeronave; de no haber decidido abandonar mi formación como piloto, tal y como lo hice en el año 1979 luego de haberme dado cuenta que por más amor a lo aéreo que le tenga y lo que disfruto volar, la carrera de piloto no terminó de satisfacer mis necesidades personales, y eso que mi acumulación de horas de vuelo y mi adiestramiento iban por muy buen camino, la realidad es que tarde que temprano, la litiasis renal crónica que padezco desde hace cuarenta años seguramente habría dado al traste a mi capacidad de sortear con éxito los exámenes médicos que en buena medida se suponen que respaldan la seguridad operacional en una aeronave, algo que ya pongo en duda dada la triste realidad actual de la calidad de la certificación médica en materia de transporte en México.

Es así que al celebrar mi derecho de acceso al “sexto piso”,  en este que irónica y afortunadamente resulta ser el texto número 1000 que me han hecho de publicar los diversos medios con los que he tenido el orgullo de colaborar, quisiera rendir un homenaje a los pilotos que han tenido, y también, a los que eventualmente tendrán la fortuna de retirarse a los 60 o a los 65 años de edad tras un último y seguramente emocionante aterrizaje con tripulación, pasajeros o carga bajo su responsabilidad, pasando así a una veces anhelada y sin duda también a veces temida etapa de su vida profesional, evento que como he explicado anteriormente, no tendrá lugar en mi carrera aeronáutica, hoy día basada en tierra, pero más cerca que nunca del vuelo, algo que valoro enormemente.

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