Antes de que apareciera la modalidad de renta de aviones por parte de las líneas aéreas, lo que se usaba era comprarlos. Los grandes fabricantes de aeronaves, como Douglas (luego McDonnell-Douglas), Boeing, Lockheed Corp. y otras más, lo que hacían era “enamorar” a los potenciales compradores para que, a través de sus jugosos anticipos se iniciara la fabricación de determinadas aeronaves, esto sucedió por mucho tiempo, es más, era la única forma de iniciar una línea aérea. Este modelo caducó porque a la vuelta de los años y una vez amortizados los gastos hechos por las líneas y considerando que los aeroplanos pronto estaban pasados de moda, viejos, con necesidades de mantenimiento demasiado onerosas y cada vez más frecuentes. Era la época en que las líneas, y sobre todo la que me recibió al principio de mi carrera de piloto comercial, contaban con aviones viejos, más bien, muy viejos pero seguros, por más que le metían dinero para mantenerlos bien, ya no era lo mismo, la verdad hasta daban mal aspecto; el esquema de compra los hacía casi imposibles de vender. Por ahí de los años setenta u ochenta aparecieron las empresas de leasing, constituidas por gente de un gran potencial económico que te rentaban por hora de vuelo las aeronaves que tú quisieras .
La empresa en la que inicié mi carrera en la aviación era una de esas empresas totalmente improductiva, aparte de que se trataba de un negocio del estado, con las características conocidas de empresa manejada por administraciones gubernamentales, con intereses diversos pero ninguno era hacer viable la empresa; utilizaban los altas puestos como catapultas a lugares en el gobierno, de mayor jerarquía y “productividad” … pero para ellos. Quienes dirigían esas empresas como la que insinúo que se imaginan, para ser el CEO, aparte de tener un buen padrino o, realmente destacaban en algo que los había hecho famosos, casualmente se sacaban la lotería, les daba una especie de suerte sui generis que los hacía “ganadores” del codiciado premio, dirigir la empresa, todos acababan millonarios, ¡qué bárbaro! Nomás los hacían directores y se les aparecía una especie de hada madrina y se hacían famosos a tal grado de que llegar a la meta de su vida laboral, de tanto dinero “ganado”, el seguir trabajando, resultaba ocioso.
Cuando vino la quiebra de mi empresa, por allá de la última recta de los años ochenta, a los directivos principales de la compañía, se les acercaron los arrendadores de aviones, les ofrecieron comprar toda la flota y rentarles a ellos, de manera exclusiva, después de dejar en tierra a los viejísimos DC8-51 y los DC9-15. Ofrecieron también que la empresa se quedara operando los DC10, versión 30 y los MD80. Así empezó la aventura de la operación con renta de aviones, modalidad que continúa vigente. Así que si quieres que tu línea aérea sea negocio vende tus aeronaves y comienza con la opción de rentar los aeroplanos, si los aviones vuelan con un buen factor de ocupación no tendrás de qué preocuparte, sale la renta, porque sale.
No sé si la empresa donde prestaba mis servicios fue la primera en tomar esta modalidad de negocio, pero de lo que sí estoy seguro es que fue de las primeras en el mundo. Ahora sí, a ganar dinero y a entender qué características tenía este tipo de renta, si ellos pagaban el mantenimiento, si te apoyaban cuando por alguna razón te fallaba el avión en alguna parte del mundo, si ellos se hacían cargo de los seguros que por cierto son indispensables para poder obtener el permiso de explotación de operador aéreo.
El negocio de renta de aeronaves fue tan bueno que hasta las fábricas te ayudaban a conseguir aviones disponibles para la renta, solo era cuestión de decirlo y ellos, los fabricantes, hasta te avalaban para que te hicieras de un buen equipo, tenías que mandar al lugar que dejaba el avión, por finalizar la renta, a que tu equipo de ingeniería revisara que toda la documentación estuviera correcta, se hacían vuelos de comprobación de sistemas, etcétera. Este proceso tomaba meses enteros y era algo de lo que no podías prescindir so pena de recibir un avión fuera del mantenimiento adecuado y que tuvieras que absorber costos que, en buena ley, no te correspondía hacer.
La disponibilidad de aeronaves en el mundo no depende del capricho de alguien, de hecho la gente de aviación sabemos que esto no es posible, que también hay charlatanes que ofrecen contar con aviones para renta pero en realidad no tienen nada y si se encuentran algún incauto y potencial cliente que caiga en las redes de la suposición de contar aeroplanos listos para ser rentados lo que hace es hacer el caldo gordo a esos tiburones que lo que menos buscan es el beneficio del potencial arrendatario.
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