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30/12/2024

El balazo en el pie…

Francisco M. M… / Miércoles, 14 Junio 2023 - 20:16

De acuerdo al oficio de fecha 12 de junio de este año, expedido por la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), ahora la propia autoridad está facultándose a certificar horas de vuelo y, por consiguiente, revalidaciones de licencia, aunque el titular de una de ellas tenga vencido su examén médico periódico.

El requisito es presentar el examen vencido, el comprobante de que se hizo la cita de examen médico en línea, el comprobante de haber pagado el examen y la licencia correspondiente vigente.

Lo anterior, “con la finalidad de no afectar las operaciones diarias en materia de aviación comercial y privada a nivel nacional”.

Hace un par de años, se tenía un sistema de exámenes médicos para personal técnico aeronáutico, que funcionaba al menos regularmente a pesar de sus problemas.

El proceso era apoyado por una buena cantidad de médicos terceros, que tenían autorización para realizar exámenes, cubriendo las miles de revisiones necesarias cada año.

Después de un tiempo, los médicos terceros fueron separados debido, según las autoridades, porque se había encontrado corrupción y malos manejos.

Debemos decir que nunca se presentó una sola prueba de esa corrupción, pero sí se puso a la industria aérea en un verdadero brete, y la falta de médicos para realizar exámenes provocó que fueran necesario autorizar prórrogas a dichos  exámenes médicos.

De esta manera, hubo pilotos, sobrecargos, despachadores de vuelo y controladores de tráfico aéreo realizando sus funciones con exámenes médicos vencidos.

Aquí vale la pena comentar que, un examen médico vigente, es requisito indispensable para que la licencia correspondiente sea válida y eso, por cierto, está escrito en el reverso de cada licencia, por lo que técnica y legalmente, el personal estuvo y puede estar trabajando ahora sin examen y sin licencia.

Lo anterior puede impactar, de muchas maneras, en el desafortunado caso de un incidente o accidente, especialmente si este sucede en el extranjero, porque habría que saber cuál sería la posición de las autoridades, los fabricantes de aviones y motores y de las casas aseguradoras, entre otros, y sin hablar de los propios seguros médicos de los tripulantes.

Después de un periodo de tiempo con prórrogas y ante la creciente demanda, se tomó la decisión de recuperar a un buen número de médicos terceros, y autorizarlos de nuevo a realizar los exámenes, lo que fue del todo acertado porque de alguna manera se recuperó la regularidad del proceso.

Ahora viene la transición, en la que el departamento de medicina de aviación se traspasa al mando y administración de AFAC, y de las primeras acciones que se toman es la de prescindir, otra vez, de los médicos terceros.

De  nuevo, la autoridad se dispara en el pie, y se pone a sí misma otro obstáculo justo en el momento en que los auditores de la Administración Federal de Aviación (FAA) se encontraban  en México, en plena auditoría para recalificar a México en categoría 1.

Se dijo y se dijo otra vez, el no tener médicos terceros y solamente 12 centros de medicina de aviación distribuidos en todo el país, con capacidad para 165 exámenes al día, no puede cumplir con la necesidad que representan los casi 48 mil exámenes anuales, requeridos para mantener vigentes las licencias del personal técnico aeronáutico.

El contenido de la circular de AFAC, que hemos comentado, es solo el principio de otro gran problema que se ve venir, y que va a terminar también en constantes prórrogas y complicaciones del proceso, en perjuicio no solo de los tenedores de licencia, sino de la industria en todas sus áreas.

Los requisitos son más y más complicados cada día, los costos se están disparando, el proceso de citas en línea y pago se está convirtiendo en un verdadero calvario, que trae una burocracia rampante y seguramente corrupción.

Hoy tenemos, como nunca, toda clase de “gestores” dedicados a realizar cualquier trámite en AFAC, desde un permiso de vuelo a un alumno en la escuela de vuelo, hasta convalidaciones, expediciones, recuperaciones de licencias y exámenes médicos, o exámenes teóricos, y de simulador en el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC) para obtención de títulos y cédulas profesionales.

Lo anterior es solo la punta del iceberg, y los complicados procesos que impone AFAC están resultando ser un verdadero cáncer para la industria aérea, increíblemente provocado por la propia autoridad aeronáutica.

Se disparan en el pie un día y, luego, insisten en hacerlo al día siguiente de nuevo.

Según ha dicho el secretario de Transporte de EU, en su reciente reunión con López Obrador, cualquier decisión para restablecer la calificación de seguridad aérea de México, es independiente de cualquier consideración económica, comercial o política.

Viendo como están las cosas en AFAC, y aunque la pistola con la que se disparan en el pie no sea de ellos, ¿cómo podemos confiar en la recuperación de la categoría 1?

Más allá de categoría 1 o 2,  el  pasajero que aborda un avión mexicano, en estos días no tiene garantía de que los tripulantes, en cuyas manos pone su vida, estén aptos físicamente para realizar su trabajo, porque no son certificados por la autoridad, como lo establecen los estándares internacionales.

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

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