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14/03/2025

Crecen los incidentes de furia en el aire: alcohol el principal detonante

Redacción A21 / Viernes, 14 Marzo 2025 - 01:00
Aerolíneas refuerzan controles y entrenan a la tripulación en defensa personal, sin embargo, no siempre está claro qué jurisdicción debe encargarse procesamiento penal de pasajeros disruptivos

La Furia en el Aire (Air Rage) es el término utilizado para describir la ira incontrolada de un pasajero que se manifiesta en un comportamiento agresivo o violento. Aunque puede parecer un fenómeno reciente, el primer incidente registrado ocurrió en 1947, cuando un hombre en estado de ebriedad agredió a un asistente de vuelo y a otro pasajero en un vuelo de La Habana a Miami.

El aumento de estos incidentes ha sido particularmente notable en los últimos 20 años y, después de la pandemia, se ha disparado, afirmó Artemis Aerospace. 

La Administración Federal de Aviación (FAA) registró 1,900 informes de furia en el aire en 2023, con un 57% de asistentes de vuelo reportando haber sido agredidos o acosados por pasajeros. 

Estos incidentes no solo generan temor entre los involucrados, sino que pueden provocar retrasos, cancelaciones o incluso desvíos de vuelos. 

En 2019, cuando una pasajera agredió a la tripulación, amenazó a otros viajeros e intentó abrir la puerta del avión en pleno vuelo, se consideró un riesgo de seguridad tan grave que dos aviones de combate de la Real Fuerza Aérea (RAF) escoltaron la aeronave de regreso al aeropuerto de Stansted.

De acuerdo con Artemis Aerospace, la tripulación de cabina enfrenta cada vez más situaciones extremas con pasajeros furiosos, que van desde insultos y negativa a seguir procedimientos de seguridad hasta peleas por embriaguez, violencia, agresión sexual, exhibicionismo y amenazas a la seguridad del vuelo.

Las posibles causas del aumento de estos comportamientos incluyen el incremento en los precios de los boletos, la sobreventa de vuelos, cancelaciones frecuentes y la disminución en la calidad del servicio. 

Además, de la incomodidad de viajar en espacios reducidos durante horas, el ruido, la deshidratación y la claustrofobia pueden ser factores detonantes. 

La pandemia también generó un alza en los problemas de salud mental, lo que puede derivar en ansiedad o ataques de pánico que afectan el comportamiento de los pasajeros.

Sin embargo, la causa más común de los incidentes de furia en el aire sigue siendo el consumo de alcohol. 

“Las largas esperas en los aeropuertos antes de abordar fomentan el consumo excesivo de alcohol, tanto antes como durante el vuelo. Las aerolíneas, que generan ingresos considerables por la venta de bebidas alcohólicas a bordo, suelen promover su consumo activamente”, señaló la compañía.

Algunos incidentes recientes incluyen dos pasajeros ebrios que provocaron el desvío de un vuelo de United Airlines de Londres a Newark a Bangor, y un vuelo de KM Malta Airlines de París a Malta que fue interrumpido por un pasajero borracho que agredió a otro viajero.

El entrenamiento para manejar pasajeros disruptivos es ahora una parte crucial de la formación de la tripulación de cabina. Se les enseña técnicas de resolución de conflictos, métodos para lidiar con personas bajo la influencia del alcohol o con problemas de salud mental, y cómo detener el suministro de alcohol a pasajeros en estado inconveniente. 

También aprenden a trabajar en equipo para neutralizar amenazas, así como técnicas de defensa personal para liberarse de agresores. En situaciones extremas, se les capacita para reducir a pasajeros violentos utilizando técnicas de artes marciales o militares, y a solicitar ayuda a pasajeros capacitados si es necesario.

Las aerolíneas han comenzado a identificar pasajeros ebrios desde el momento del check-in, aunque el registro en línea permite a muchos evitar esta detección. El personal también vigila señales de comportamiento disruptivo durante los controles de seguridad, en la puerta de embarque y mientras el avión espera el despegue. 

Si la tripulación considera que un pasajero representa un riesgo para la seguridad del vuelo, puede solicitar su expulsión del avión o llamar a seguridad del aeropuerto. Sin embargo, una vez en el aire, el manejo de estas situaciones queda completamente en manos de la tripulación.

En el Reino Unido (UK), es obligatorio reportar los incidentes de furia en el aire a la Autoridad de Aviación Civil (CAA). En Estados Unidos, la FAA ha adoptado desde 2021 una política de tolerancia cero, remitiendo a más de 270 pasajeros al FBI para su posible procesamiento penal, con multas de hasta 37,000 dólares. 

Sin embargo, no siempre está claro qué jurisdicción debe encargarse del enjuiciamiento: ¿el país de origen del pasajero, el país donde opera la aerolínea, el lugar de salida o el de destino? Un estudio de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en 2020 reveló que muchas denuncias de comportamiento disruptivo no avanzan debido a problemas jurisdiccionales.

Otra medida disuasoria es la prohibición de volar con la aerolínea involucrada. No obstante, como un pasajero vetado puede simplemente reservar con otra aerolínea, se ha sugerido la creación de un registro centralizado de pasajeros problemáticos, aunque su implementación sería compleja. En 2021, la FAA y la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) establecieron un acuerdo para compartir información sobre pasajeros disruptivos.

También se ha debatido ampliamente la posibilidad de limitar o prohibir la venta de alcohol en los vuelos. El CEO de Ryanair, Michael O’Leary, ha propuesto un límite de dos bebidas por pasajero en los aeropuertos y ha manifestado su disposición a aplicar esta norma en los vuelos de su aerolínea. 

Algunas compañías ya han prohibido la venta de alcohol a bordo, especialmente aquellas con sede en Oriente Medio. Otras, como AirAsia y Turkish Airlines, solo venden alcohol en salas VIP o en vuelos internacionales, pero no en los domésticos. 

FinnAir dejó de servir alcohol después de las 5 p.m., y aerolíneas de bajo costo como EasyJet y Ryanair han prohibido el consumo de alcohol en ciertas rutas a destinos de fiesta, como Ibiza, donde la probabilidad de pasajeros ebrios es mayor.

A medida que los incidentes de furia en el aire siguen acaparando titulares, es crucial encontrar soluciones para revertir esta tendencia y garantizar que la mayoría de los pasajeros, que se comportan adecuadamente, disfruten de la experiencia de viaje tranquila por la que han pagado.    

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