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La incertidumbre que vive la Agencia Espacial Mexicana (AEM) deja al país en una mala posición ante la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), sobre todo porque desde aquí se impulsó la creación del organismo e incluso se tenía planeado ser sede del mismo, así lo dijo Fermín Romero Vázquez, presidente de la Fundación Acercándote al Universo.
“A primera vista queda mal parado el país pues sin una agencia, una entidad gubernamental encargada de esto es difícil precisar qué va a hacer la ALCE, siendo que el propio país fue el generador de la idea.
“No va a ser fácil decirle al público en general, al sector espacial internacional, al latinoamericano, a todos los países de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que apoyaron la iniciativa, a Argentina que nos secundó con la iniciativa”, sostuvo el especialista durante su participación en el webinar Primer taller: Derecho Espacial.
A finales de enero, la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) anunció la creación de la Dirección General Satelital, la cual asumiría las atribuciones de la AEM, además del Sistema Satelital Méxicano (MEXSAT), cuyo director, Salvador Landeros Ayala había renunciado recientemente acusando falta de reconocimiento al organismo a nivel presupuestal y administrativo.
Por su parte, la ATDT sostuvo que las facultades de la AEM no desaparecerían, sino que se fortalecerían al unirlas con las de MEXSAT.
Romero Vázquez consideró que debería ser la Secretaría de Relaciones Exteriores la que tome las decisiones de cómo se continuarán los trabajos con la ALCE, la cual se creó en el 2021 impulsada por México y Argentina y que al momento tiene 23 países miembros.
Internamente, México debe hacer frente a varios desafíos para poder tener un desarrollo óptimo del sector espacial.
“Hace falta una inversión sostenida tanto de la parte pública como privada. Evidentemente el sector público no cuenta con los recursos suficientes y es por eso que el sector privado debe participar, con la necesidad de ser regulado. Otro desafío son las capacidades que tenemos en desarrollo de infraestructura. México carece de instalaciones de lanzamiento y otros recursos esenciales para misiones espaciales”, agregó Romero Vázquez.
“Otro desafío más es la necesidad de un plan nacional de articulación en el sector espacial en México, esto es fundamental para la colaboración entre gobierno, industria, academia y sociedad civil. También es la brecha del capital humano. Se requiere fortalecer la formación de especialistas en estas áreas: ingeniería espacial, ciencia de datos y telecomunicaciones, y, por supuesto, astronautas”.
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