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13/01/2025

La cultura de Seguridad Aérea: Reflexiones desde el ego, la ignorancia y la improvisación

Redacción A21 / Lunes, 13 Enero 2025 - 01:00
Este texto corresponde a la ponencia del General César Tapia Jiménez como parte del Primer Seminario Regional de Seguridad Aérea 2024, Región Aérea Centro, que se llevó a cabo el 17 y 18 de diciembre pasado.

“La seguridad aérea no es una práctica, es una cultura.

Es la forma de pensar y actuar de los miembros de la Fuerza Aérea Mexicana.

 

Generaciones de los accidentes aéreos.

Iniciemos diciendo que los accidentes aéreos pueden ocurrir por una variedad de factores, a menudo combinados, que involucran errores humanos, fallos mecánicos, condiciones meteorológicas adversas, deficiencias en los procedimientos o incluso problemas organizacionales.

En forma genérica, los accidentes aéreos se basan en tres ejes generadores: el error humano, la falla mecánica y factores adversos, es decir, condiciones meteorológicas, objetos extraños, armas de fuego o por causas organizacionales.

Las tres generaciones de los accidentes aéreos se refieren a la evolución histórica de las causas y factores contribuyentes a los incidentes y accidentes en la aviación. Estas generaciones muestran cómo las causas de los accidentes han cambiado con el tiempo debido a avances tecnológicos, procedimientos de seguridad y cambios en la operación de las aeronaves.

Primera generación: Errores mecánicos

Época: Desde el inicio de la aviación (principios del siglo XX) hasta aproximadamente la década de 1960.

 

Características:
En esta etapa, la mayoría de los accidentes aéreos ocurrían debido a fallos mecánicos o estructurales en las aeronaves.

Las tecnologías de construcción y los materiales eran menos avanzados.

Los motores eran menos confiables y solían fallar durante el vuelo.

El mantenimiento y las inspecciones de las aeronaves no estaban completamente estandarizados.

Ejemplo: Fallo en un motor, rotura de un ala o defectos en el fuselaje.

 

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Segunda generación: Errores humanos

 

Época: Desde la década de 1960 hasta la década de 1990.

 

Características:
Con la mejora en la tecnología y la confiabilidad de las aeronaves, los fallos mecánicos disminuyeron, pero se evidenció que la causa principal de los accidentes era el factor humano.

Errores de los pilotos en la toma de decisiones o en la operación del avión.

Fallos en la comunicación entre la tripulación o con el control del tráfico aéreo.

Falta de entrenamiento adecuado o fatiga en los pilotos.

Procedimientos operativos poco estandarizados.

Ejemplo: Un aterrizaje mal ejecutado debido a un error del piloto o a la falta de comunicación entre los miembros de la tripulación.

 

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Tercera generación: Factores organizacionales y sistémicos

Época: Desde la década de 1990 hasta la actualidad.

 

Características:
La aviación moderna es altamente automatizada y segura, lo que ha reducido aún más los errores mecánicos y humanos directos. Sin embargo, la atención se ha desplazado hacia fallos organizacionales, sistémicos y culturales que contribuyen a los accidentes.

Problemas en la cultura de seguridad dentro de las aerolíneas u organizaciones.

Falta de supervisión o fallas en la gestión del riesgo.

Deficiencias en el entrenamiento continuo y la implementación de procedimientos estándar.

Problemas de coordinación entre los grandes niveles de una organización.

Ejemplo: Un accidente provocado por una combinación de fallos en el entrenamiento, mantenimiento y supervisión dentro de una aerolínea o compañía.

Con el paso del tiempo se siguen presentando accidentes debidos errores humanos y si reflexionamos a profundidad, encontraremos que en las fallas mecánicas y organizacionales, también se encuentra un humano detrás de estas actividades.

Luego, la pregunta que nos hacemos es ¿Cómo influenciar la mente de cada individuo para actuar como un conjunto dentro de una institución?

La respuesta es creando un pensamiento colectivo que se manifieste en acciones colectivas. A este comportamiento se le conoce como cultura de seguridad aérea.

 

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Cultura de seguridad aérea.

La cultura de seguridad aérea se refiere al conjunto de valores, actitudes, creencias, comportamientos y prácticas compartidas dentro de una organización o industria que priorizan la seguridad en las operaciones aéreas. 

Como en la metafísica que explica como todo inicia con un pensamiento (el cual no tiene manifestación física) que se puede transformar en una emoción (es posible tener una manifestación a través del estado de ánimo que puede ser agradable o desagradable), esa emoción, puede transformarse en palabras y finalmente se materializa en algo físico, que son nuestras acciones. 

 

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La cultura de seguridad aérea, es una filosofía que promueve un enfoque preventivo para identificar, gestionar y mitigar los riesgos relacionados con la aviación, con el objetivo de reducir accidentes y mejorar la seguridad de los vuelos.

Al relacionar corrientes filosóficas con la seguridad aérea, nos permite explorar los fundamentos conceptuales y éticos que subyacen a la toma de decisiones, la gestión del riesgo y la implementación de medidas de seguridad. A continuación, se presenta un análisis de cómo distintas corrientes filosóficas pueden vincularse con la seguridad aérea.

Racionalismo

  • Aplicación: En la seguridad aérea, el racionalismo se refleja en el diseño de procedimientos basados en el análisis lógico y en el uso de datos para identificar riesgos. La filosofía racionalista promueve la idea de que a través del razonamiento se pueden prever accidentes y errores.
  • Ejemplo: El desarrollo de simulaciones computarizadas para prever fallos y la creación de protocolos detallados de seguridad.

Empirismo

  • Aplicación: Enfatiza la experiencia como fuente de conocimiento. La seguridad aérea depende en gran medida de datos empíricos obtenidos de accidentes previos y simulaciones.
  • Ejemplo: Las investigaciones de accidentes aéreos (como las llevadas a cabo por organismos como la NTSB) se basan en evidencia empírica para prevenir futuros errores.

Deontología

  • Aplicación: Resalta la importancia del cumplimiento de reglas y deberes éticos, independientemente de las consecuencias. En la seguridad aérea, esto se refleja en la adherencia estricta a procedimientos y normativas.
  • Ejemplo: Los pilotos y controladores aéreos siguen protocolos rígidos, como listas de verificación, incluso en situaciones de estrés.

Existencialismo

  • Aplicación: La seguridad aérea puede analizarse desde el existencialismo al considerar la autonomía y responsabilidad individual frente a las decisiones críticas durante una emergencia.
  • Ejemplo: En momentos de crisis, un piloto puede enfrentarse a decisiones éticamente complejas que implican asumir la responsabilidad personal más allá de las normas.

Pragmatismo

  • Aplicación: Aboga por soluciones prácticas y efectivas en lugar de teorías abstractas. En seguridad aérea, el pragmatismo enfatiza la implementación de sistemas que funcionen en la práctica.
  • Ejemplo: La adopción de tecnología avanzada, como sistemas de alerta temprana, basados en su efectividad comprobada.

Ética de la virtud

  • Aplicación: Resalta el desarrollo de virtudes personales como la responsabilidad, el coraje y la prudencia, que son esenciales para los profesionales de la seguridad aérea.
  • Ejemplo: La formación de pilotos y personal técnico incluye aspectos éticos que fomentan el juicio responsable.

 

Después de ver como diferentes corrientes filosóficas están relacionadas con la seguridad aérea, tratemos de filosofar sobre el significado de cultura de seguridad aérea en el medio militar.

Imaginemos la siguiente escena:

 

El piloto militar:
Un piloto militar, vestido con su uniforme y casco, está sentado en la cabina de su aeronave, mirando pensativamente por la ventana. La escena transmite una sensación de calma, pero también de seriedad, como si estuviera considerando profundamente las lecciones aprendidas. En su rostro se reflejan dudas y determinación. Podrías imaginar que está en una pausa durante una misión o después de un vuelo, pensativo sobre los desafíos y riesgos de la aviación militar.

 

El Ego:
Sobre su cabeza, visualmente flotando, podrías colocar una pequeña imagen que representa el ego: una figura que simboliza orgullo, arrogancia o exceso de confianza, como un pequeño "halo" de brillo metálico o una sombra de un rostro con una expresión despectiva. Este ego podría estar “sugiriendo” al piloto que él no necesita seguir los procedimientos o que es lo suficientemente bueno para no necesitar ayuda, representando la tendencia a subestimar los riesgos.

 

La Ignorancia:
A su lado, tal vez en forma de una nube gris o un signo de interrogación flotante, se encuentra el concepto de ignorancia. Esta nube o símbolo refleja la falta de conocimiento o la falta de comprensión sobre ciertos procedimientos de seguridad. Tal vez se ve una línea de pensamiento que dice: "No hay necesidad de conocer todos los protocolos, lo puedo manejar". La ignorancia se presenta como una barrera para reconocer los riesgos inherentes y la importancia de la capacitación constante.

 

La Improvisación:
En el fondo, cerca de los controles de la aeronave, podrías colocar una serie de papeles dispersos o diagramas rotos que simbolizan la improvisación. Quizás haya un plano o mapa a medio dibujar, como si el piloto hubiera intentado improvisar una solución sin seguir los procedimientos estándar, destacando que, aunque a veces la improvisación es necesaria, cuando se trata de seguridad aérea, puede ser peligrosa. También incorpora herramientas de vuelo desorganizadas, que sugieren una falta de preparación y planificación adecuada.

 

Elementos adicionales para enfatizar la reflexión:

 

  • Un espejo en el que el piloto se mira, con un reflejo distorsionado que lo hace ver más pequeño y vulnerable, como una representación de cómo el ego y la improvisación pueden hacerle sentir que controla más de lo que en realidad puede.
  • Un relámpago que simbolice la rapidez y lo impredecible de la aviación militar, destacando que cualquier error por ignorancia o ego puede ser fatal.

 

El conjunto de estos elementos muestra al piloto en medio de un proceso de reflexión, visualizando cómo el ego, la ignorancia y la improvisación son factores que pueden poner en riesgo la seguridad aérea si no se gestionan adecuadamente.

El contraste entre la serenidad del piloto y las sombras que representan esos conceptos, se crea un equilibrio entre la introspección y la necesidad urgente de cambiar.

Este dibujo podría transmitir el mensaje de que la seguridad aérea, especialmente en un contexto militar, requiere de humildad, conocimiento y disciplina, y que ningún piloto debe caer en las trampas del ego, la ignorancia o la improvisación.

 

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La Cultura de Seguridad Aérea.

La seguridad aérea es un pilar esencial de la aviación militar, una disciplina que trasciende la tecnología y los procedimientos para adentrarse en el dominio de la cultura organizacional y humana. En este contexto, tres factores pueden erosionar la eficacia de esta cultura: el ego, la ignorancia y la improvisación. Analizar estos elementos es crucial para comprender sus efectos y plantear estrategias que refuercen una cultura de seguridad robusta.

 

El Ego: La Amenaza del Individualismo

El ego, entendido como una inclinación hacia el exceso de confianza o la necesidad de afirmación personal, representa un riesgo significativo en la seguridad aérea.

En una operación tan colaborativa como la aviación, donde el trabajo en equipo es vital, el ego puede manifestarse en decisiones que priorizan el prestigio personal sobre el bienestar colectivo.

Pilotos que ignoran las sugerencias del copiloto u oficiales que desestiman las advertencias de los técnicos por considerarlas una amenaza a su autoridad ilustran esta dinámica.

El ego también puede conducir a una resistencia al aprendizaje.

Aquellos que creen que ya lo saben todo son menos propensos a participar en entrenamientos recurrentes o a considerar las lecciones derivadas de incidentes previos. Esta actitud no solo compromete la seguridad individual, sino que también afecta al sistema en su conjunto al dificultar la mejora continua.

Una cultura de seguridad eficaz debe fomentar la humildad profesional, donde todos, independientemente de su experiencia, reconozcan que siempre hay más por aprender.

 

La Ignorancia: El Enemigo Invisible.

La ignorancia, entendida como la falta de conocimiento o de consciencia sobre los riesgos, es otro factor que puede socavar la seguridad aérea. Esta no siempre se limita a una falta de formación técnica; también incluye la desatención hacia los procedimientos establecidos o la subestimación de los peligros latentes.

La ignorancia puede ser individual, como en el caso de un operador que desconoce cómo manejar una situación de emergencia, o sistémica, cuando una organización no recopila ni utiliza adecuadamente datos críticos sobre seguridad.

Combatir la ignorancia requiere un compromiso constante con la educación y la comunicación. Los programas de formación deben ir más allá de la capacitación técnica para incluir elementos como el reconocimiento de sesgos cognitivos y la gestión del riesgo.

Además, una cultura de seguridad debe promover la transparencia, donde los errores se vean como oportunidades de aprendizaje en lugar de razones para castigos, fomentando así un ambiente en el que la información crítica fluya libremente.

 

La Improvisación: Un Riesgo latente.

Aunque la habilidad de adaptarse rápidamente a situaciones cambiantes es valiosa, la improvisación en aviación puede ser catastrófica cuando sustituye a la planificación y los procedimientos establecidos.

La seguridad aérea se basa en protocolos diseñados para minimizar el impacto del error humano. Cuando se recurre a la improvisación sin un conocimiento claro de las implicaciones, se corre el riesgo de exacerbar una situación de emergencia.

La improvisación también puede surgir de una falsa sensación de confianza o de una percepción equivocada de que los procedimientos son opcionales. Por ejemplo, decidir ignorar una lista de verificación porque "se conoce de memoria" abre la puerta a errores que podrían haberse evitado. Promover una cultura de seguridad implica enfatizar la importancia de seguir los protocolos incluso bajo presión, garantizando que las decisiones sean informadas y alineadas con las mejores prácticas.

 

Conclusión: Hacia una Cultura de Seguridad Integral.

El combate al ego, la ignorancia y la improvisación requiere un enfoque integral que combine adiestramiento, liderazgo y tecnología. La importancia que tiene la imagen mental de la situación que tratamos de evitar, nos sirve como referencia esencial para explicar, entender y transmitir la cultura de seguridad de nuestra Fuerza Aérea Mexicana.       

Para las futuras generaciones, queda el siguiente mensaje: como líderes deben modelar comportamientos que reflejen humildad y compromiso con la seguridad, incentivando el aprendizaje continuo y la disciplina en los procedimientos.

La Fuerza Aérea Mexicana, por su parte, debe invertir en sistemas que faciliten el acceso a información relevante y en tecnologías que minimicen el impacto de errores humanos.

Como miembros de una organización que se manifiesta como un ente colectivo, es fundamental entender y transmitir el mensaje de que la seguridad aérea, especialmente en un contexto militar, requiere de humildad, conocimiento y disciplina, y que ningún miembro de la Fuerza Aérea Mexicana debe caer en las trampas del ego, la ignorancia o la improvisación.

En última instancia, la seguridad aérea no es solo el resultado de la tecnología avanzada o de la estricta regulación, también es el resultado de una cultura con enfoque preventivo.

Esta imagen mental, es el pensamiento colectivo esencial para construir un entorno donde la seguridad no sea solo una meta, sino un estilo de vida.

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