El sector de la aviación comercial enfrenta un punto de inflexión histórico tras los devastadores efectos de la pandemia; ante este hecho, las aerolíneas trabajan para reconfigurar sus estrategias para adaptarse a un mercado cambiante. Sin embargo, dos grandes desafíos se interponen en su camino para 2025, la recuperación económica y la transición hacia modelos más sostenibles, coincidieron expertos de la consultora OAG.
John Grant, jefe de análisis de OAG, señaló que aunque la industria ha mostrado señales de mejora, la recuperación no ha sido uniforme. Pues actualmente, el 17% de la flota global de pasajeros permanece inactiva, ya sea por mantenimiento, almacenamiento o reparaciones.
Esto representa una pérdida mensual de aproximadamente 72 millones de asientos disponibles, un golpe significativo para los ingresos del sector.
“Esta situación genera una presión artificial en la capacidad disponible, que en algunos mercados ha ayudado a las aerolíneas a estabilizar precios y mantener operaciones rentables. Sin embargo, la planificación a largo plazo se ve comprometida por la incertidumbre: ¿cuándo volverá toda la flota a los cielos?”, cuestionó el experto durante un webinar organizado por OAG.
Añadió que a esto se suman los elevados costos operativos. Explicó que si bien los precios del combustible se encuentran en niveles bajos desde 2018, este es solo un componente del gasto total. La reactivación de flotas, sumada al mantenimiento post-pandemia, incrementa la carga financiera para las aerolíneas.
*El reto de la sostenibilidad*
La sostenibilidad es otro desafío central para el sector. La presión por reducir emisiones de carbono no solo proviene de reguladores internacionales, sino también de consumidores cada vez más conscientes del impacto ambiental de sus decisiones, así lo comentó Rebecca Francosky, analista del sector aéreo.
“En respuesta, las aerolíneas están invirtiendo en tecnologías más eficientes y adoptando modelos de negocio que promuevan operaciones más verdes”, dijo.
Un ejemplo, mencionó, es el lanzamiento del Airbus A321XLR, un avión diseñado para rutas más largas con menor consumo de combustible. Según la experta, este tipo de avances tecnológicos abren nuevas oportunidades para operar rutas previamente no rentables, reduciendo a la vez la huella de carbono.
Sin embargo, señaló que las soluciones no son inmediatas ni baratas, ya que las aerolíneas deben equilibrar la necesidad de mantenerse competitivas con la inversión en sostenibilidad, lo que añade más presión a sus márgenes de ganancia.
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